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A Rivera

A mí ¿qué me importa el cambio climático?

Actualizado: 16 sept 2019

La negación irresponsable

Julio del 2019 fue el mes más caliente en el planeta Tierra desde hace 150 años que se tienen registros de temperatura. Este año 2019, Guatemala sufre la sequía más prolongada de los últimos 20 años y se han secado ríos y lagos. El Banco Mundial anunció en el año 2013, que el costo económico de los desastres naturales aumentó cuatro veces desde 1980. En septiembre el huracán Doria arrasó con las Bahamas y fue tan solo una más de las tormentas asesinas que se han vuelto la norma.


Ante la evidencia abrumadora del cambio climático, hay detractores que insisten en que no hay calentamiento global. Hoy, el 95% de los científicos que ha investigado el calentamiento global se enfrenta a un diluvio de "noticias falsas" motivadas por intereses económicos de corto plazo respecto al cambio climático que son "error y herejía" de incalculables consecuencias para la humanidad.


El cambio climático

Y es que, desde comienzos del siglo XIX, la ciencia investiga cambios en el clima. En los años cuarenta del siglo XX, los científicos registraron temperaturas extremas en diversas partes del mundo. Y a partir de la década de los años cincuenta se documentó un aumento en la concentración de gas carbónico (CO2) en la atmósfera. El CO2 retienen parte de la energía del sol en la atmósfera y la devuelven a la tierra, con el mismo efecto que los vidrios retienen el calor del sol aumentando la temperatura dentro de un invernadero.


La ciencia, con instrumentos cada vez más precisos, ha registrado un aumento en la temperatura de los océanos y de la superficie terrestre y se lo atribuye al efecto invernadero creado por el CO2 de las emisiones industriales provenientes de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) en fábricas y medios de transporte, y del metano en granjas de ganadería intensiva y arrozales. El resultado es un cambio en el clima: sequías prolongadas, tormentas devastadoras, olas de calor, aumento en el nivel del mar y desaparición de los glaciares y de la capa de hielo de los polos.


Las consecuencias

De esta manera se ha modificado el hábitat de innumerables especies. En consecuencia, todas las formas de vida –plantas y animales– se ven afectados y mueren o se trasladan a otros hábitats (no nativos). Y hasta los seres humanos están migrando – creando mayor presión sobre recursos cada vez más escasos, en particular el agua. Lo que hace más evidente que las guerras de este siglo no serán por el petróleo sino por el agua.


A estos cambios se suma un aumento en las enfermedades al crear condiciones propicias para que se propaguen las ratas, los mosquitos, y otras plagas portadoras de enfermedades. En los centros urbanos aumenta la incidencia de asma, mientras que, a medida que aumenta la temperatura promedio y cambia la humedad, el dengue y la malaria comienzan a aparece en lugares donde antes no había. De esta manera, son más frecuentes los casos de infección en Ciudad de Guatemala o Ciudad de México donde antes no existían.


En Guatemala ya estamos sufriendo efectos del calentamiento global en el suministro de agua, el aire limpio y la agricultura, así como a los recursos energéticos. Las milpas, donde se produce buena parte de la comida de nuestro pueblo, y otros cultivos de verduras y frutales se están viendo directamente afectados por el cambio climático. Hay evidencia de que a partir del 2011, la roya del café se ha expandido y han aparecido nuevas variedades de roya, lo que hace aún más difícil controlar esta enfermedad. Si se tiene en cuenta que más del 60% de la población está involucrada en actividades agrícolas, se aprecia el enorme impacto que tiene el cambio climático en la vida de los guatemaltecos.


Esta escasez de agua agudiza el conflicto social cuando los ríos son desviados para plantaciones y fincas dejando comunidades enteras sin agua. De otra parte, las tarifas de electricidad están subiendo pues, al no haber suficiente agua para la generación hidroeléctrica, se tienen que activar la generación con petróleo o carbón, cosa que de paso, contribuye al calentamiento global.


Como lo sustentaron en mayo pasado David Spratt, científico de Centro Nacional para la Restauración del Clima en Australia, e Ian Dunlop, alto ejecutivo internacional de la industria del petróleo, el gas y el carbón, y presidente de la Asociación Australiana del Carbón, el cambio climático es "una amenaza existencial a corto y mediano plazo para la civilización humana" y, si en la próxima década no se toman medidas serias de mitigación, hay altas probabilidades de que las comunidades humanas colapsen antes del 2050.

Donald Trump 2018 "No lo creo"

Qué podemos hacer

Ante esta amenaza inminente, la indolencia de muchos y la clara irresponsabilidad del presidente de la mayor potencia económica del mundo, los ciudadanos debemos seguir el ejemplo de Greta Thunberg, una adolescente sueca que ha creado consciencia de los riesgos del cambio climático y la necesidad de que todos cambiemos nuestros hábitos de vida, a la vez que ha hecho responsables a los políticos por su inacción frente a lo que ella llama la "crisis climática".


Los seres humanos tenemos que actuar unidos. Necesitamos un liderazgo audaz en los gobiernos, los negocios y nuestras comunidades para asegurar un futuro sostenible para la humanidad. Es imperativo que los políticos y quienes toman decisiones a nivel global sigan los consejos de los científicos y "descarbonicen" la economía identificando y promoviendo fuentes alternativas de energía.

"En ausencia de un ajuste significativo de cómo miles de millones de humanos llevan a cabo sus vidas, es probable que partes de la Tierra se vuelvan inhabitables y otras partes horriblemente inhóspitas, tan pronto como a fines de este siglo" (David Wallace-Wells)

Pero, al mismo tiempo podemos como individuos cambiar nuestros hábitos de comportamiento. Los estudiosos del tema concuerdan con que las acciones más efectivas para disminuir la huella ecológica son: seguir una dieta basada en plantas, evitar viajar en avión, vivir sin automóvil y tener familias más pequeñas.


De acuerdo con un estudio de FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) la cría de ganado es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero, esto es más que las emisiones combinadas de todo el transporte mundial. Es decir, si decidimos como seres humanos eliminar la carne roja de nuestra dieta, esto tendrá un impacto significativo en la crisis climática.


Para quienes tienen automóvil, vivir sin él ahorra el equivalente de 2,4 toneladas de CO2 al año, en tanto que una dieta basada en plantas (con frutas y verduras enteras, muchos granos integrales y sin, o con un mínimo, consumo de productos animales y comidas procesadas) ahorra el equivalente de 0,8 toneladas de CO2 al año. Estas acciones tienen un mayor potencial de reducir las emisiones de gases de invernadero que las estrategias que se promueven comúnmente como reciclar (cosa que es 4 veces menos efectivo que una dieta basada en plantas) o que cambiar los bombillos de la casa (8 veces menos efectivo).


Al considerar cambios masivos de hábitos alimenticios adoptando una dieta basada en plantas se puede reducir la emisión de gases a menos de la mitad, y reducir de un décimo a un cuarto otros impactos ambientales tales como el uso de fertilizantes, de tierras de cultivo y de agua dulce.


Vivir sin automóvil requiere un transporte público seguro, eficiente y práctico, y facilidad para montar en bicicleta y caminar. Hay que exigirlos a nuestros políticos. Una dieta basada en plantas es una decisión personal que, al volverse masiva, impulsa cambios determinantes en las prácticas agrícolas. Viajar menos en avión es un imperativo ético de los más privilegiados. Y tener familias más pequeñas es la tendencia de un mundo urbanizado con estados más o menos benefactores.


La alternativa es un mundo desolado y con mucho sufrimiento. Está en nuestra manos cambiar nuestros hábitos e involucrarnos en la política para descarbonizar la economía.


Alberto Rivera



Referencias:

July May Have Been the Hottest Month Ever Recorded, UN Says, Brandon Specktor August 02, 2019, Planet Earthhttps://www.livescience.com/66084-july-2019-hottest-month-ever.html


Livestock's Long Shadow: environmental issues and options. FAO 2006. http://www.fao.org/3/a0701e/a0701e00.htm


Wallace-Wells, David (2017). «The Uninhabitable Earth». New York Magazine.


David Spratt & Ian Dunlop (mayo 2019). Existential climate-related security risk: A scenario approach. Breakthrough - National Centre for Climate Restoration Melbourne, Australia (mayo 2019) https://docs.wixstatic.com/ugd/148cb0_b2c0c79dc4344b279bcf2365336ff23b.pdf

Feeding 10 billion people by 2050 within planetary limits may be achievable (Oct 10, 2018) by Stockholm Resilience Centre https://phys.org/news/2018-10-billion-people-planetary-limits.html


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